Hay tanto por hacer
La transformación digital pendiente de la Teletón — y la TV chilena

La televisión chilena alguna vez fue el epicentro de la cultura colectiva del país. En medio de la lucha de los medios locales por mantenerse vigentes y relevantes en un ecosistema de consumo que ha migrado hacia lo interactivo y personalizado, la Teletón 2023 — el buque insignia de esta industria que celebró este año 45 años desde su emisión inicial - refleja cómo los numerosos intentos por integrar tecnologías emergentes parecen ser poco más que gestos superficiales, meros apéndices de una estructura que no ha evolucionado desde 1978.
Quince años después de la introducción del smartphone moderno, la Teletón y la televisión chilena enfrentan una paradoja: son dos instituciones emblemáticas que buscan reinventarse, pero siguen atrapadas en paradigmas anticuados. La "Mesa Digital", desde su concepción en 2015, prometía ser el puente entre el legado televisivo de rostros siendo conexión con las regiones en un rol de telefonistas hacia una nueva era, marcada por el dinamismo de las redes sociales y su horizontalidad e instantaneidad; sin embargo, la nula evolución del formato desde entonces ha dejado al descubierto una resistencia al cambio que va en detrimento de su relevancia y, peor aún, de su eficacia en generar afinidad y compromiso con el contenido en pantalla.
Hoy, forzar la conversación sobre un programa de televisión en Twitter/X, en una época donde la calidad del contenido generado en la red social propiedad de Elon Musk ha declinado vertiginosamente, es sintomático de una estrategia que no ha sabido adaptarse a los éxodos de interacción hacia espacios digitales más sanos y privados. La introducción de un número de WhatsApp buscó revitalizar la dinámica inicial sin éxito; después de siete años, la “Mesa Digital” no ha logrado convertir sus hashtags en pantalla, las breves intervenciones para leer mensajes del público y su espacio en el Teatro Teletón en un retorno tangible: las donaciones.
Mientras tanto, la "Digitón" en Twitch – dirigida a captar la atención de la generación Z y los centennials - es una iniciativa prometedora pero que aún se queda corta ante la transformación necesaria en la Teletón misma y la televisión chilena. Segmentos enfocados en torneos de videojuegos y la participación de streamers, aunque son pasos en la dirección correcta, son insuficientes si el resto del evento se rehúsa a seguir esa línea de innovación.
Fiu al garete en la Digitón
#Teleton2023— PotterSys (@pottersys)
Nov 11, 2023
El problema radica en una visión extremadamente fragmentada del éxito y una incapacidad de dejar atrás patrones de contenido de hace casi medio siglo. Ocupar cinco canales de televisión abierta en 2023 para un programa de casi 40 horas ya no puede ser el único catalizador para movilizar personas, generar conversaciones significativas y, lo más importante, impulsar la acción. La Teletón debe transformar su estrategia, evolucionando de ser un evento televisivo monolítico a un ecosistema dinámico y permanente con un sistema de generación de demanda al centro que logre generar identificación, compromiso y aportes durante todo el año, para evitar atribuir el potencial fracaso de una campaña al contexto, como lo hizo Mario Kreutzberger este año con los Juegos Panamericanos.
A la Teletón y a la televisión chilena les urge una transformación digital que sea más que cosmética, y que deje de estar basada en un verdadero onanismo de métricas de sus sitios web y audiencias en redes. Sin una mentalidad de cambio constante, que capitalice buenos contenidos y prácticas exitosas de otros mercados de consumo e interacción en plataformas, quizá ambas instituciones mediáticas puedan recuperar un lugar de referencia en relevancia cultural y de conversación entre los chilenos, quienes este fin de semana (y cada vez más seguido) simplemente prefirieron ver otra cosa, y no necesariamente en la tele.
* Disclaimer: el autor fue parte del equipo de contenidos de la Mesa Digital Teletón en sus versiones 2015 y 2016.