¿La pelea en una jaula de Elon Musk y Mark Zuckerberg era acaso una analogía de esta semana, donde la arena son las redes sociales basadas en texto, Twitter de un lado y la recién llegada Threads de Meta en el otro?
Tres días después, veo ansiedad en hacer futurología y cual prestidigitadores, intentar leer las cartas sobre la mesa: está el impacto inmediato de Threads, un paso en falso a evitar tras las cifras que Zuckerberg cual cómputo de una teletón se ha entusiasmado en publicar: dos millones en las primeras dos horas, diez millones en siete horas y 70 millones a las 48 horas. Sí, números impresionantes, pero — ¿y la retención de usuarios? Finalmente, para Adam Mosseri y su equipo es el número de DAUs y MAUs que (espero) revele Meta en sus estados financieros del tercer trimestre y de finales de 2023. Ese es, finalmente, el verdadero termómetro del éxito.

Por otro lado, siento que quienes consideran Threads como “el” reemplazo de Twitter caen en un reduccionismo absoluto. La mala memoria sobre cómo el equipo de Zuckerberg tiene una habilidad demostrada para adaptar (en sentido figurado) y tomar ideas (también en sentido figurado) de otras empresas y transformarlas en productos masivos — Stories con Snap, FB Live con Periscope, Reels con TikTok, et. al – nos desvía del camino para olvidar que este tsunami de usuarios está más ligado al momento actual de Twitter que a las fortalezas que pueda tener lo que sacó el jueves Mosseri y su equipo. Mientras tanto, Bluesky — el “protocolo” social financiado por Jack Dorsey - llegó al millón de instalaciones de su aplicación esta misma semana, y en Mastodon no están exentos de problemas, a pesar que parte del fediverso le hizo la cruz a Meta y su CEO se subió al carro de la victoria 24 horas antes del lanzamiento de Threads, declarando que la intención de adoptar su protocolo (ActivityPub) es “un éxito para nuestra causa”.
Otro factor a considerar es el planteamiento de Adam Mosseri de este viernes en la tarde: para el CEO de Instagram, una red social puede tener éxito sin depender de la política y los medios, y en Threads no habrá tratamiento preferente. Una señal no menor, que puede tener importantes implicancias para su éxito — sabemos que no sólo en América Latina Twitter es la cámara de eco favorita de los protagonistas de la autodenominada plaza pública digital que últimamente arrastra polarización y desinformación.

¿Será capaz Threads de amplificar comunidades diversas en su gráfico social sin la necesidad de entrar en la dinámica de la (ahora) red social de Elon Musk? ¿Pueden acaso los medios y los políticos salirse del playbook que han usado hasta ahora y atreverse a hacer algo distinto, pero bajo las reglas de Meta? Sin duda, la postura de Mosseri suena arriesgada… pero entendible, tras la hemorragia de dinero de Meta para que generaran contenido o lo ocurrido con Cambridge Analytica. Es un escenario totalmente nuevo sobre todo para para el ecosistema de medios, que aún no logran vivir sin mirar lo que se diga en Twitter sin importar si son hechos factuales o operaciones de desinformación.
Ahora, una pausa: al igual que Google con Reader, Meta tiene su propio cementerio de productos que lanza para abandonarlos. Es fundamental que la empresa demuestre un compromiso a largo plazo con Threads para que — como en el caso de Move, Venue, Hotline, Paper, Super, Tuned, Egg, Sparked, Mail, y el excelente pero fenecido Portal - no se sientan engañados; así le pasó al primer Threads de Instagram, diseñado para aislar los mensajes directos de la app principal.
No puedo no sacarme el sombrero ante Meta por el lanzamiento de Threads, algo que un exinsider de Facebook durante los años retratados en La Red Social describió como el único momento comparable al crecimiento exponencial que vivió la compañía en 2004. Sin embargo, las palabras de Mosseri preocupan: si caen en el capricho de intentar moldear a la fuerza lo que quieren que sea Threads, peligrosamente cerca del estilo de Elon Musk y obviando lo que hizo a Twitter Twitter hace más de 15 años, la pompa y la tan ansiada retención que necesita para triunfar puede irse tan rápido como llegó.